A los pollos le iluminan los ojos
le hacen creer en el día perpetuo,
pero bueno, ellos no tienen opción.
Al hombre se lo hace andar con la ilusión
todo engaño lo convierte en idiota,
y hasta hay quienes aplauden con devoción
el exitismo, el opio de las marmotas.
Tristemente, verdad.
Me gusta mucho, Leo
Un abrazo
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Gracias Mari!
Un bico.
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