Me llamaba la atención el corrector de mi antiguo teléfono, en casos en que al escribir un sms, particularmente la palabra «otro» me la cambiaba por «muro». Era un mensaje revelador. El otro era realmente un muro forjado cuya subjetividad había que penetrar para poder llegar a algo parecido a una comunicación. Esta revelación se hizo palpable cuando salió Facebook y ‘los otros’ tenían sus muros y muchos llegaron a creer que eran esos muros. Como la idea no cayó bien ( al sujeto no le gusta ser objeto ) se le cambió el nombre de muro a «perfil». Pero esto no es tan revelador y siquiera sugiere algo, salvo para aquellos que creen ser un perfil, una pose, una imagen. Del otro lado, detrás del muro, hay una sensibilidad, una subjetividad esperando, deseando, que alguien la toque. ¡Ring-ring!
Hermenéutica del texteo, ¡muy bueno!
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Gracias Miguel!!
Saludos!
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