No es ninguna novedad

Un comercio llamado Vintage vende novedades. Las novedades son frescas y se venden muy rápido porque todo el mundo está interesado en ellas. Además, a medida que las novedades envejecen son más caras y son más difíciles de conseguir y deja de llamársele novedades. Las novedades siempre han sido un buen negocio pero este comercio lo ha sabido explotar al máximo.

El paso del tiempo le da un vértigo inusitado al ritmo comercial. Innatural. Con el correr de los minutos, las novedades hacen que todo luzca viejo, donde viejo es sinónimo de indeseado. Es decir que ya no será valorado por nadie. A nadie le interesa lo antiguo, excepto como motivo de distracción, como mera curiosidad con lo exótico, por eso también hay algún que otro pequeño comercio de antigüedades. Pero éstos son escasos y apenas si sobreviven.

Las novedades en Vintage son de variados tipos. Las novedades más destacadas son todo tipo de objetos, obras literarias o musicales, conceptos y teorías, terapias y medicinas, noticias de actualidad e incluso aromas y sabores. Todas las novedades son comercializadas exitosamente en Vintage. A cada momento las novedades que surgen en los diferentes ámbitos científicos, académicos o artísticos llegan a los diferentes locales de Vintage para ser comercializadas. La gente acude en masa a comprar las últimas novedades. Ninguno se quiere quedar atrás, ya que de quedarse se convertiría en un retrasado.

Hay científicos que han realizado diferentes estudios del fenómeno social que resultó ser Vintage, plasmados en conceptos cercanos a la compulsión o al vicio generalizado, pero tales estudios sólo sirvieron para venderse como novedad en Vintage. Ver lo nuevo era el truco más antiguo de la civilización, con el que se captaba la atención de la población. Así, las novedades en los locales de Vintage es lo que nadie se quiere perder. Es excitante y exultante estar al tanto de cada una de las novedades que salen a la venta. Al parecer, según otro estudio, la gente se harta de pensar en un pasado y un futuro y, cansado, busca una salida que sólo prestar su atención a lo actual le brinda esa posibilidad, y lo actual es nada más y nada menos que las novedades del comercio. Por eso, los directivos de la firma se mantienen en la cima del mercado, más allá de que hubo otros que salieron a competir. Ellos saben bien lo que el mercado necesita y se lo dan. Dinero fresco, la gente sigue prefiriendo pájaro en mano que cien volando, y las novedades son el ave más preciado al que la gente puede aspirar a capturar. ¿Es que hay algo acaso más importante que la novedad? Lo último, sin dudas, no era lo nuevo, sino lo más antiguo. Pero, ¿cómo dar su atención a ello? Me temo que de ser tan simple no lo es tanto. Es así que las novedades de Vintage atrapan en sus redes a millones de clientes deseosos de probar, ver, escuchar u oler lo último, aunque ese sólo fuera el principio.

Es sabido que las novedades no daban satisfacción, sólo un receso en la inclemente corriente de deseos, que pronto volvería a clamar su sed que sólo calmaban las novedades de Vintage. ¿Es peor el remedio que la enfermedad? ¿De dónde surge en el hombre este voraz hambre por el consumo de las novedades? Serían tiempos de locura y de ansiedad, sin dudas, y es difícil no caer en él. Vintage es la explotación de un truco milenario en su máxima expresión.

Con el tiempo, los locales de Vintage se expandieron de tal forma que no hay ciudad sin sus locales, red sin sus telarañas, barrio sin sus vendedores. Se dice que todos los comercios, grandes y pequeños, forman parte de la cadena de negocio de novedades Vintage, es el rumor. Y además, se dice que toda persona, sépalo o no, es agente de comercialización de la ideología vintage.

El significado que la gente da a “Vintage” es glorioso o de alta calidad. Otros lo traducen como famoso o extraordinario. Los menos, como clásico o antiguo.

Ya casi nadie recuerda cómo comenzó este comercio al que todos acudimos a conseguir las últimas novedades con el viejo sueño de obtener aquello que, quien sabe nos lo diga, dónde perdimos.

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