Cierta tarde, en el patio de la casa de mi infancia, donde aún vivían mis padres, sentados en un banco a la sombra, entre humos, mi viejo, ya mayor y jubilado, dijo por lo bajo:
-Qué lindo que es estar al pedo…
En ese momento, comprendí que había alcanzado la sabiduría.
Estar al pedo es la verdadera libertad Leo.
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Parece inspirado en uno de tus últimos textos, pero tiene su tiempo ya, es algo que se acepta y entiende con el correr de las dificultades.
Saludos. Gracias por pasar.
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Lo entendí perfectamente, tu madte sabía lo que decía.
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La ignorancia parece ser el crepùsculo del conocimiento.
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Así pareciera, no?
Saludos.
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Pensamos que asì es. Gracias por la comunicaciòn, Leo .
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