Anverso

Hoy no estoy muy lúcido
Estoy más bien lúdico
las ideas parecen pocas
Mejor nos iremos de copas,
A beber, a reír, a soñar
Limpiarnos y sacarnos roñas
¿Por qué todo conduce a Roma
si un recto camino es el amor?
Será que al vivir podrás saber
Que morigeras las penas al besar.

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Alto embole

 

El aburrimiento facilita la creación,
tan es así que la misma naturaleza
surgió del embole del Big Bang
que no pudo creer tras la explosión
tanta inteligencia con tanta rareza.

El entretenimiento y su contradicción
mantiene al adolescente en la pieza
que en vez de mates toma un Tang
jugando con las ideas e imaginación
por si el mundo le regala la torpeza.

Y aburridos no encontramos diversión
que disipe el malestar de la tristeza
escondida en alegría como el Yang
que no oculta como lúdica belleza
cuando brilla en su punto la aflicción.

Cuando muere un payaso, maldición,
se vuelve todo más serio, qué bajeza,
el mundo sucumbe al lúgubre plan
devorando las almas con fruición
que le rinde tributo a Vuestra Alteza.

Basta

“La vida es una escuela donde la gente precisa aprender la ciencia de vivir para no sufrir”.  Joao Gilberto

La sensación de que todo te asquea
respirar un momento -de buen gusto-
recuperar la furia con mucho impulso,
el sueño de decir basta, ¿basta de qué?
y de querer mandar todo allá lejos;
hartarse del incesante mundo conflictivo
ansiar un reposo -que morir no asegura-
recobrar el aliento y sentir estar vivo
dar vuelta las cosas, encontrarle sentido
y dar la batalla al repuntar el alba
no perder el aliento que cobra vigor
y ser viva voz al despuntar el vicio
brindar por salud ( rechazándola )
dinero y amor no se cuidan solos,
y hallar en el transcurso de los días
de las tardes que se van en el ocaso
un otro, que al diferir, es el mismo
que conoció el dolor de padecer
lo que la vida no oculta contiene
y ganar el aliento y ser viva voz
cuando despierta del sueño nocturno
esa sensación, esa guía, esa esperanza
de que vida puede ser, está en su sino,
difícilmente soñado, rara vez guionado,
aquello que percibes en un momento
un instante lúcido de buen gusto,
cuando desaparecen las sensaciones
de que todo te asquea, que todo te harta
y en el reposo –esa paz celestina-
de belleza anhelada, de locuaz verborrea
saboreas el paso, medio vacío el vaso
mas contemplar el vaivén,
el ansia de felicidad,
el deseo del fin de aquellos males,
el deleite de los roces,
la sinrazón, el llanto que hiere,
la ofensa, la gratitud,
la mano que llega a tiempo
el consejo apropiado,
la mano que tira la piedra
que te ha golpeado
y basta con decir: qué vasta es la vida.

 


Fotografía: Gabriela Coca

¿Pensar?

El otro día, alcancé a escuchar a una mujer que le decía a quien pudiera ser su nieta, en tono de consejo sabio, “vos no tenés que pensar”, enfática, a lo que podríamos aventurar cómo terminó la frase:
-porque eso no se usa más ( otros piensan por nos ).
-porque pensar pasó al olvido ( ni se recuerda cómo se hace ).
-porque el que piensa pierde ( fruto del exitismo ).
-porque es lo contrario de hacer ( cualquier cosa por más estúpida que sea ).
-porque así me dijeron mis padres ( Dios tenga en la gloria ).
-porque no sirve para nada ( ni menos a la ideología consumista ).
-porque es cosa de filósofos ( esos tipos raros que nadie entiende ).
-porque somos buenos ciudadanos ( que pagamos los impuestos ).
-porque hay que seguir las modas ( y para eso votamos ).
-porque es muy aburrido ( tanto como chupar un clavo ).
-porque no debe ser bueno ( sino sería bastante caro ).
-porque no te puedo controlar ( salvo que lea tu mente ).
-porque está prohibido por ley.

Demasiado

La importancia a la opinión
muy pesado resulta el juicio,
¿cuánto cuesta el bienestar?
No tanto como los vicios.
Se debate en la habitación
qué libro debemos prestar.

Sigue firme el firmamento
sin fecha de vencimiento,
morir lleva a la sepultura
¿será el fin de la cultura?
No creo, en el epitafio
resucitará un viejo adagio.

Así, un consejo justiniano
llega pronto, te da la mano,
rectifica tu pensamiento
altera el comportamiento
en el espíritu repercute
te socorre, luego te nutre.

La caída hacia lo grosero
al mundo vago y vulgar
te aleja de lo certero
que ha de alzar el pulgar
si consideras lo correcto
en ese andar imperfecto.

Y cualquiera se equivoca
si al pensar eso trastoca,
es sabio no repetirlo
y al error corregirlo,
el camino a veces duele
y en eso confundir suele.

Pues no todo son decisiones
ejemplares son convicciones
como esas que dan la certeza
donde tu andar no tropieza
y te guían como luz del alba
quien pide tu alma ser salva.

Hasta tanto, será demasiado
vivir sin sol y nublado,
la lluvia regará las flores
y con ellas los colores
que otorgan gracia a la vida
y a tu existencia bendecida.

 

Fotografía: Jorge Guardia

Serás historia

Dentro de un rato,
serás historia.
Me tomo un trago
y te despido,
de mi memoria.

Quizá me olvide,
de dónde vivo.
Tal vez recuerde,
quizá con pena,
mi amor contigo.

No me hago drama,
me tomo el vino,
sueño a tu hermana.
Todo al catorce
le juego, luego,
en el casino.

Si pierdo plata,
ya no me importa.
Soy ludo, pata,
algo boludo,
que come torta
y usa alpargatas
hechas en USA.

Si al fin recuerdo
mi domicilio,
camino lerdo
subo a mi alcoba
y me recuesto,
duermo una hora.

Quizá el descanso
cure la herida,
me deje manso
y así no sepa
de tu partida.

Al otro día,
ya sin vergüenza,
una poesía
tal vez le escriba
a tu memoria.
Y será, ella,
mi bella historia.

Publicidades

Normalmente la publicidad supera el producto. A diario, se invierten fortunas en publicidad e incluso en campañas para desinformar acerca de lo que se consume, además de las estrategias engañosas de venta. Normalmente, compramos la publicidad, eso es lo que queremos, el producto pasa a un segundo plano.
A continuación, algunas publicidades donde el producto -esperemos- la supera.

****
Vendemos milanesas. Chotas. A veces nos salen crudas. Pero más baratas que en el restaurant.

****
Vendo auto. No frena. Consume mucho. Se rompe seguido. O permuto por modelo más nuevo. Diferencia a mi favor ( el que avisa no traiciona).

****
Vendemos bebidas. No calman la sed en verano, pero ¡Qué deliciosos químicos!

****
Vendemos hamburguesas de soja. No tienen gusto ni engordan. Es como comer cartón pero sin el estigma de la pobreza.

****
Se vende terreno. Lejos del centro, lejos de algún barrio y comercio, lejos de todo. Tan lejos de cualquier referencia que ya no sé ni dónde está.

****
Vendo fondo de comercio con muy buenos ingresos por no poder atender en 12 horas 5 clientes ya que es una lástima y una pérdida de tiempo.

Illusion

La experiencia a veces nubla la razón y nos puede llevar a arribar a conclusiones erróneas, a comprensiones equivocadas que son las que moldean el pensar.
No obstante, puedo afirmar sin culpas que ‘el fin de semana no existe’, es un mito, y me avala la continuidad de las actividades. Aquellos que creen lo contrario viven bajo lo que se conoce como «ilusión de estatismo» de la maquinaria productiva. Sin embargo, nosotros, la maquinaria, continuamos a todo vapor trabajando para que ustedes puedan distraerse un rato.
¡Feliz domingo!

Fotografía: Norma Russi

En el barro todos se confunden

La falta de educación es alarmante
La falta de interés es preocupante
La falta de respeto es irritante
La falta de criterio es intrigante.

En el barro todos se confunden
En el cielo todos se parecen
En la calle todos se sostienen
En el circo todos se divierten.

La música disipa la soledad
Los libros dibujan con seriedad
La radio difunde la novedad
La mañana oculta la oscuridad.

Desde alarmas a preocupaciones
como la soledad, como la oscuridad
parecieran nuestras divagaciones
sobre el firmamento o el pavimento
o de la sociedad y sus privaciones
rendir a la cultura un juramento:
quien mutila las interpretaciones
se adormece ante la realidad.

 

En el limbo

Nada me mueve un pelo
ni es razón para desvelo
que discutan, que se maten
las peleas, los dislates.

Ni siquiera me preocupa
aquello que tanto te ocupa,
que se sufra, que te duela,
los problemas de la escuela.

Si el mundo se vino abajo
o si todo se ha ido al carajo
pintar la cara color esperanza
y así renovar la confianza.

La ideología moldea
el pensar de nuestra aldea
lo que digan lo repito
afirman que eso es bonito.

Terminales de un sistema
ese no es mi problema
quien sucumbe a la alternancia
ha de perder su ganancia.

Más vale pronto que tarde
no es razón para el alarde,
¿quien quiere ser billonario?
Salió un nuevo calendario.

¡Eso no sirve pa´ nada!
se preparó la emboscada
y en el limbo continuaba.
La burbuja no explotaba.

El dolor ahora es azul,
¿Cuántos viven en Seúl?
Ayer me crucé con un loco
me contó que aumentó el coco.

No sé bien si será cierto
no seré vivo ni muerto
nunca tuve ese dilema
no encajaba en el esquema.

Y si la vecina llora
busque un dios así le implora,
el chancho no tiene la culpa
el ya ofreció una disculpa.

Los billetes de quinientos
vinieron para el contento,
no me sirve de escarmiento
leer un nuevo mandamiento.

El futuro (hace rato) llegó,
y de qué estamos hablando,
Él sólo sigue esperando
saber por dónde fugó.

¡Qué me puede importar!
Uno sólo quiere comprar
alcornoques de la Europa
y de Boston, una copa.

No es que sea indiferente
no confunda este presente
lo que pasa es simplemente
que soy parte de la gente.

Adicción a la dicción

-Su caso es el típico caso de sufrimiento agudo por hablar mal.
-¿Pero qué me dice? Si todo el mundo me alaba por mi dicción.
-No me refiero a cómo se expresa, sino más bien a qué es lo que expresa. Usted puede tener excelentes modos de expresión, pero manifiesta una profunda ignorancia de su propio ser.
-¿Cómo es eso, doctor? No logro entenderlo correctamente.
-¿No ve, González? Otra vez cae en los errores habituales. Usted dice que no logra entender, como si entender fuera un logro. O usted entiende lo que digo o bien no entiende. Es simple, González. Además, usted dice que no entiende correctamente, cuando entender presupone comprender lo que su interlocutor dice. ¿Se puede entender incorrectamente? Insisto,  usted ha hecho un abuso del lenguaje y ahora nos va a llevar varios años corregir su mal, González.
-Veo, doctor. ¿Pero, cuál es, en sí mismo, mi mal, como usted dice?
-Yo no arriesgaría un diagnóstico final. El abuso de la boludez al expresarse lo ha llevado a usted a un estado deplorable del cual no puede comprender siquiera una charla trivial, por muy banal que sea y por muy elocuente que usted sea al hablar. Sin embargo, la estupidez no puede ser considerada una enfermedad. Es un mal que nos aqueja desde hace milenios, sin dudas.
-Insinúa que soy un boludo, doctor.
-¡Pero no, González! Otra vez interpreta mal mis palabras. Intente serenarse y llegaremos a buen puerto. Usted… ¿se considera inteligente González?
-Y… más o menos doctor. Ahora, con lo que me dice, tengo el ánimo por el piso.
-Otra vez González cae en las acrobacias intelectuales que poco provecho le han dado. Cuando usted dice el ánimo, es decir, su alma, ¿cómo puede estar ella, que es lo más elevado en usted, por el piso? Usted debe considerar sus palabras, ellas deben encontrar el cauce por el cual fluir.
-Todo el mundo habla de fluir, parece que está de moda…
-Cuando usted dice todo el mundo, ¿a quiénes tiene en mente? Usted puede conocer mucha gente, pero difícilmente sepa la opinión de todos. Ni siquiera en una elección se sabe la opinión de todos. ¡Qué mal que habla González! Cómo pretende sentirse bien hablando así.
-Bueno doctor, no me rete. Me expreso con lo mejor de mis condiciones. Quisiera tener su comprensión de la vida, pero me parece poco probable que algún día arribe a sus conclusiones.
-Eso es lógico, González. Usted desconoce si esas conclusiones son mías propias o las obtuve estudiando a un tercero. Además, reincide en su mal uso del vocabulario al decir poco probable en lugar de improbable. Usted enfatiza la necesidad de llamar la atención, González, de allí su magnífica forma de comunicarse con los demás.
– Entiendo…
– No, González, si entendiera de verdad usted permanecería en silencio.
– ¿Hay alguna medicina para mi mal, doctor?
– La hay González. Pero nuevamente incurre en los errores al cuestionar, debido a que no es su mal, sino que es UN mal que usted padece. Su mal indica que es propiedad suya, el cual no es el caso.
– Pero en este caso, sí es mi caso.
– Vea, González, si usted quiere desafiarme le tengo que anticipar que usted puede terminar mal. Muy mal.
– No era mi intención, doctor, sólo quería validar sus palabras.
– No, González, no. Usted no quería validarlas sino que quería refutarlas. ¿Por qué insiste en desafiarme, González? ¿Usted desconfía de lo que le digo?
– Me cuesta creer que mi pesar es a causa de mi modo de hablar…
– Nunca dije eso. Lo que le he dicho es que su hablar, no su modo de hacerlo, revela un desconocimiento de sí que le ha causado toda la zozobra en la cual usted se desenvuelve y por la cual usted consulta con especialistas, una y otra vez. Su resistencia a creer muestra a las claras la desconfianza que tiene usted con lo que le digo.
– Disculpe, doctor. Es que es muy difícil confiar…
– Bien, González, reconocerlo es un primer paso, no menos importante que los subsiguientes.
– ¿Cómo continúa el tratamiento, doctor?
– Aquí tiene esta receta, González. Se toma una cada doce horas.
– Bien, ¿eso es todo?
– Eso es tan sólo el comienzo, González. Para continuar, recita esta oración veinte veces al despertar, veinte veces por la tarde y veinte veces antes de irse a dormir todo el mes hasta la próxima vez que me vea. Aquí se la anoté.
– ¿Mi mamá me mima?
– Exacto. Es la mejor forma de limpiar el contenido errático de su psique.
– Bueno, doctor, no sé qué decirle…
– Nada, González, no me diga nada. Vuelva el próximo mes para ver qué resultados obtenemos de todo esto. Es un proceso lento, pero con paciencia y perseverancia se puede superar el mal que a usted lo aqueja.
– Gracias doctor. No tengo otra palabra para agradecerle.
– No hay de qué, González. Le abona a mi secretaria antes de marcharse y le pide un turno para el próximo mes. Hasta entonces.
– Adiós.

Sin palabras

Necesito la letra de una canción
para sostener esta efímera emoción
y prolongar en el tiempo su duración,
pero no toda, me basta con sólo un renglón.

También me puede servir alguna frase
o un pedacito de ella que no se pase
de extensa pues luego debo recordarla
cuando otro sentir venga a taparla.

Una sentencia, seis vocablos, una definición
la emoción requiere algún tipo de expresión
verbal, no me alcanza con una sensación
que la grafique, no sirve aquí la imaginación.

De una enciclopedia puede ser alguna fase
astral o un ciclo vital o un cuento que versase
de aquello para lo que no tengo explicación
ni palabras, gestos, ni una torpe declaración.

Es un poco vergonzosa esta particular situación
pero como buen lingüista no paso ningún papelón
pues siempre tengo en un bolsillo del pantalón
para que me entiendan un expresivo emoticón.

Huir del infierno

Asomar la cabeza y conocer la tristeza
ver dolor en el mundo que diluye su color,
tratar las desdichas y las aflicciones
congojas, delirios y putrefacciones,
conocer la locura, tocar la sinrazón
caer en desazón, aspirar a la cordura
donde se ve lo insano, la insalubridad
confiar en la verdad, escapar a lo mundano.

Trastocar los conflictos que no cesan
esperar los veredictos que regresan,
caer en lo vulgar, surfear en lo grosero
soñar con lo sutil de un cielo verdadero
y ver entre tinieblas de lúgubre manto
un resabio de bondad, un lírico canto
que destrabe el malestar –de símil eterno-
y en gritos de libertad huir del infierno.

Comprender que escapar no es morir
que en la razón inmaterial existir es vivir,
que el dolor te despertaba de la pesadilla
que saltabas como ardilla entre faroles
que no veías flores junto a la gramilla
pues la oscuridad tremenda enceguece
y las luces en tus ojos nunca fueron soles
pero al levantar la vista el espíritu florece.

Y en la diáfana voz late el firmamento
que vibra en armonía, ya sin sufrimiento,
tiende puentes, abre puertas y crea lazos
que no pierde referentes en los abrazos
pues en el centro del pecho hay vibración
y el cerebro resplandece con la atención,
pues ya ves que, como todos, vive el árbol
que da frutos y que crece gracias al Sol.


Fotografía: Leandro Coca

Leo cualquier cosa

Leo una sonrisa
Leo una mirada
Leo una bombilla
Leo las entradas.

Leo tus palabras
Leo las tristezas
Noticias macabras
Leo las flaquezas.

Leo estupideces
Leo comentarios
Leo varios diarios
Leo por si creces.

Leo al despertar
Leo caminando
Leo si viajando
Vuelvo a cabecear.

Leo tus poesías
Y tus alegrías,
Rimas repetidas
Y también sentidas.

Leo al socialismo
Y al capitalismo
Leo al proletario
Y el abecedario.

Leo y lo interpreto
Leo algún soneto
Leo los mensajes
Leo los paisajes.

Leo lo complejo
Leo lo sencillo
Leo los bosquejos
Y leo flequillos.

Leo los tatuajes
Leo engranajes
Leo los manuales
Leo los triviales.

Leo y lo comprendo
Leo y me distiendo,
Leo predicciones
Y contradicciones.

Leo cada tanto
Leo cuando puedo
Leo como credo
Leo cada canto.

Leo lo que escucho
Y atados de puchos
Leo lo que escribo
Leo si estoy vivo.

Leo, algo me gusta,
Leo y me disgusta
Leo maravillas
Leo sobre sillas.

Leo las sandeces
Y piropos soeces
Leo los carteles
Y los anaqueles.

Leo simbolismos
Leo aforismos
Leo a luminarias
Leo las plegarias.

Leo sepulturas
Diversas culturas
Leo en las patallas
Y latas de caballas.

Leo ingredientes
Leo las recetas
Leo a comediantes
Leo a los profetas.

Leo y lo descreo
Leo y me recreo
Leo y me divierte
Leo, ¡puf qué suerte!

No sé por qué leo
Todo lo que veo,
Pero entonces creo
Que me llaman Leo.

Sensible

La materia va para adelante
el alma vuelve a la fuente,
a veces te arrastra la corriente
el templo parece un recipiente.

Tus ojos de a ratos iluminan
con ira a veces me fulminan,
si tristes, decaen o se obnubilan
contentos, felices dictaminan.

Tus manos por la causa trabajan
posibles, sin pausa, las barajan
si crueles, perdidas, nos ultrajan
oportunas, dignas, resquebrajan.

Tus piernas, corren luego saltan
te elevan, te llevan, sí, caminan
dichosas en suave ritmo danzan,
coquetas, bellos zapatos calzan.

Tu piel, que en dolores florece,
es libre en placeres mientras crece
susurra las voces cuando escuece
revela secretos, quién pudiese.

Tu voz es dulce con su canto
protesta si le produce llanto
sucumbe si algo le da espanto
murmura cuando lo sufre tanto.

Se nutre de ella la subjetividad
De quien no cae en la vanidad
que vive en la misma realidad
abierta a su vasta sensibilidad.

Doce verbos

Silenciar el pensamiento
Trabajar las decepciones
Sublimar las emociones
Cercenar el sufrimiento,
Disfrutar de los placeres
Derrocar la estupidez
Superar los aconteceres
Dialogar con madurez,
Escuchar a la aflicción
Crecer en la adversidad
Vivir con la ilusión
Subsistir en libertad.

Soñando

Dormido estuve soñando
Y que a mi lado estás vos
Soñando estuve creando
Así como crea un dios.

En el sueño era vertiginoso
El drama y la sensación
Y en un profundo reposo
Soñaba una dulce canción.

Un sentimiento rotundo
Me descubrió en otro mundo
Mas luego el sueño se olvida
Y descubrimos esta vida.

Soñé que el piso era el techo
Y un árbol de fruto da amor
Soñé que un niño en su lecho
Soñaba un mundo mejor.

Ruido que agobia

Y pensar, que de todo el ruido que tanto agobia, hay una voz que llega y toca, cual lira antigua, cual piano choca, teclas y dedos que al cuore embocan, y en ese musical bagaje de palabras, que dicen cosas, algunas dulces otras hermosas, de sensaciones maravillosas, que en tres compases -como en canciones- obsequian frases, tan contundentes como elocuentes que uno las piensa, o las reflexiona, marea inmensa que la emociona y a veces tensa si la presiona, porque de tanto volver al canto el pensamiento con fundamento sostiene bases con sus disfraces para quien viene con sus preguntas, que algunas juntas -de malas lenguas- de vez se expanden, en otras menguan, mas le conviene cambiar de envases pues sus secuaces serán mordaces con esa crítica que mortifica y se desentiende, entonces se eleva por la pendiente de aquél surgente que se subleva, natura dona, y luego entona canción de cuna, para que duermas envuelta en piernas y sueltes riendas -también tus prendas- así lo intentes, como la gente. Que alguien te escriba: vive tu vida; si la descuidas, causa perdida, muy cuesta arriba se hará tu testa, un paso atrás, que otrora resta, será el impulso hacia la dicha. Y tú muy bicha tomando el pulso, irás andando, irás volando, cual ave regio, como un arpegio, y esa tonada es la explanada hacia un estado, reconquistado, del ser, que puedes ver es conocer. Entonces libre de vanidades, vivir verdades, vivir verdad es, es la respuesta que te contesta con alegría una poesía.

De alimento

 

De alimento no uso frases positivas
el alma se nutre de la palabra viva
el cuerpo sólo vive si le das comida
si hay salud, que si enferma pida
medicinas u oraciones divertidas.

No hay palabras que me resulten ajenas
mastico ideas, me trago todo lo dicho
incluso como idioteces y como bichos
de los vivarachos y aquellos de nichos
como casi todo, excepto las berenjenas.

 

 

Fotografía: Jorge Guardia

La lectura es detención

La lectura es detención
pero ustedes quieren seguir
quieren seguir leyendo,
pretenden seguir siguiendo,
a ello les debo decir
que persiguen una ilusión.

Y si seguimos y vamos
seguro nos encontramos
entonces cuenta el encuentro
de lo que llevamos dentro
por ello luego contamos
los deseos que persigamos.

Pues no es lo mismo seguir
el hilo de lo que pienso
versátil, límpido, inmenso
que hoy se deja traslucir
que pensar estamos yendo
a un sitio virtual u horrendo.

Cielo e infierno intercalan
señales en lo mundano,
aunque algunas nos resbalan
otras nos dan la mano
pues la tierra prometida
es un Reino en esta vida.

Pero no nos detengamos
persevera en movimiento,
la lectura de ritmo lento
propicia la reflexión
y ante toda conexión
después del punto sigamos.

El último post

De acuerdo a la orden expresa del Emperador del Universo, sir Francis Quo Topolli, este es el último post que se publicará en toda la Triple W y se mantendrá bajo esa etiqueta por tiempo indeterminado.
Siguiendo con sus directivas, absolutamente todos nos detendremos a pensar si cada post tiene valor, es bueno, aporta, enriquece al lector, etc. Y hasta tanto no tengamos una respuesta fehaciente y valedera, nos abstendremos de postear.
Asímismo, podremos debatir -en privado- las cuestiones a postear y cómo las encararemos de aquí en más.
Puede resultar que no estemos de acuerdo con la orden del Emperador, pero no nos queda otra que acatar o iniciar una revolución para derrocarlo.
Aquellos imberbes que se declaren en rebeldía y posteen a pesar de la orden del Emperador deberán afrontar los castigos pertinentes, según corresponda: horca, guillotina, hoguera o jaula de los leones. Además, no podrán presentar como alegato el desconocimiento de la orden, porque va contra las leyes y quedarían en ridículo.
Podemos tener como resultante de todo esto el acaecimiento de la locura en muchos de nosotros, ya sea por estar impedidos de postear o por estar privados de recibir posteos. Para ello, deberemos afrontarlo de la manera más civilizada posible, evitando todo tipo de desmanes y salvajadas los cuales podrían llevarnos a castigos más severos, como el ostracismo.
Procuremos sortear esta difícil situación de la mejor forma posible, con hidalguía, puesto que sabemos no hay mal que dure cien años.
Y entonces, cuando el Emperador deponga su actitud antiredsocialista, podremos postear nuestras mascotas o desayunos con total desenfado.

O quizás, si trabajamos para la causa, el Imperio caiga antes de lo pensado.
Recuerden que ‘el post mueve montañas’.

La virtualización de la persona

Renace con cada emoticón
perece a golpe de ratón,
se nutre con la publicación
vomita su virtual emoción.

Caduca su imagen del ayer
reacciona a cada acontecer
succiona del chat, anochecer
despierta un like al amanecer.

Besos que ahora son virtuales
amigos que ahora son sexuales
polvos que ahora son rituales
pantallas que disipan sus males.

Piensa que piensa luego existe
piensa que piensa todo embiste
siente en sus ojos lo que listen
decora su rostro lo que visten.

Soy y no soy todo lo soy
soy sólo soy qué lindo soy
soy sólo sé miren qué soy
soy como vos qué sólo estoy.

Actualiza el rostro impío espejo
se parece un poco al de su viejo
se ve que su trino es triste añejo
enchufado a la red luego me alejo.

Estar es no estar en todos lados
aquí como tonto espero sentado,
no importa te sigo bien conectado
no cuenta si estoy incomunicado.

Y miro, y miro, y miro y sigo
escribo, lo callo, mejor lo digo
quiero comunicarme sólo contigo
qué digo, qué torpe, sólo conmigo.

Levanta la idea que de mí tengo
me marcho, me voy, mas luego vengo
lo que ahora no largo no lo contengo
mañana lo charlo, si lo convengo.

Me asombra, al tiempo, que me entristece
sin compus, sin celus, paz que se desvanece
qué buen entretenimiento este que crece
y a quien no le guste, por mí que rece.

Como en un spot publicitario
que se repite seguido a diario
reduce mi pena y vocabulario
si no se parece es estrafalario.

No sólo la imagen se virtualiza
el ser, es el alma que se realiza
la mente se empaña si se desliza
derrapa viviendo por la cornisa.

Lo que ha cambiado son las creencias
facilitadas por nuevas vistosas ciencias
y el comportamiento en las apariencias
se han ido al abismo por negligencias.

Lo paradójico es que, con tanta luminosidad,
todavía se presente en disonante oscuridad,
y que no se vislumbre sapiencia ni libertad
que no sea para comprar parcelas de realidad.

El rey desnudo

La estupidez invade todos los espacios
Y aunque este post es sólo el prefacio
Y en pocas palabras, tímido, despacio
Que anuncia torpe y sin displicencia
Trémulo, la victoria de la inteligencia
Que batalla a diario la contingencia,
Nadie aquí debería darse por vencido
Así aguarde en un refugio reducido
Quien por muy tonto será reconocido
A la zoncera del día, toque la puerta
Porque la misma se mantiene abierta,
Y no hay verdad estúpida cierta
Pues en la derrota siempre pregona
La inteligencia pierde, por remolona,
Si ve a la estupidez con una corona.

La predisposición a la lectura

Condición sine qua non a la hora de leer es la predisposición. En la actualidad es casi infinito lo que hay para leer y, además, lo que hay para leer se entremezcla en lo que hay para observar, a diferencia de lo que pasaba hace unos años con la televisión. Los medios digitales ofrecen esa amalgama de letras, símbolos e imágenes de la cual el espectador es, no sólo, receptor, sino que parte activa en su interpretación.
No obstante, para aquellos –inmensa mayoría en América Latina- que esquivan la lectura, cuando se interpone delante un texto ( y ni hablemos si excede lo que su paciencia puede tolerar ) la actitud es la de “¡Ufa! ¿¿Tengo que leer??”, que se evidencia en el salto de la lectura o la omisión. En esos casos, no hay ningún tipo de predisposición y la lectura se presenta como algo que le genera tedio a la persona. Esto se ve mucho en redes sociales como Facebook, que aún conserva la posibilidad de ofrecer textos casi sin limitaciones salvo en su extensión. Cuando los textos son informativos, se da el caso que apenas si se leen los titulares, como un sacrificio o salto de excepción a la corriente de imaginación.
La sociedad pasó de analizar desde un simple saludo de buen día hasta un gesto involuntario a reaccionar inmediatamente por el insignificante vuelo de una mosca o con una tonta imagen que desata los sentimientos e ideas que carga el espectador. Y esto tiene consecuencias directas en la lectura. Los textos ya no son “tragados”, quizá sean analizados por aquellos que vienen rezagados en los dogmas dominantes de la sociedad actual, pero por norma general, lo que se busca es el efecto inmediato, plasmado en emoticones y comentarios que se observan, los que dejan huella. Esto, a su vez, puede tentar a muchos de quienes escriben a propiciar eso mismo, arrastrados por la corriente, ya que todos compiten por un instante de atención: el escritor, el músico, el artista en general, el famoso, cualquier hombre o mujer, e incluso niños y adolescentes, que pueden llegar a tener mayor influencia que gente de conocimiento, talento o experiencia ante un gran número de público. La lectura va quedando relegada y se circunscribe a personas que saltan las vallas de la dificultad que le imponen las ideologías de la época, o que han hecho sus deberes y encuentran en la lectura diversas cosas que le aportan como ser: entretenimiento, diversión, información, conocimiento, visiones, interpretaciones, puntos de vista, consejo, compañía y un largo etcétera.
Pero para esto es fundamental la predisposición a la hora de la lectura, la cual no es la misma al leer una noticia en el diario que la que se ejerce al leer una poesía. Leer tiene sus matices; el tiempo, finito, apremia.
¿Y qué pasa entonces con la predisposición hacia la lectura de literatura? Si bien se han abierto espacios de publicación como nunca antes, la literatura, que es un arte, compite no sólo por un instante de atención sino por un tipo peculiar de predisposición. A diferencia de lo que ocurre con series, donde lo visible es “tragado” por el peso del impacto visual, a la hora de leer literatura el lector tiene que entregarse a creer y/o confiar en lo que lee para adentrarse en la lectura, en lo que el escritor plasma a través del texto, y después con el correr de las palabras podrá, sí, descreer, interpretar, saborear, reformular y operar el mismo por medio de sus facultades. Empero, la predisposición se da al comienzo de la lectura de la pieza en cuestión, lo cual no siempre se da entre aquellos que suelen leer, mucho menos o nulo en aquella mayoría que rechaza la lectura. Cabe preguntarse si quedan espacios para la lectura, porque escritos vemos diariamente que abundan, pero no hablemos ya de la lectura de twitts sino de textos literarios.
Para finalizar, cabe añadir que la predisposición a la lectura facilita y favorece la comunicación, pero sólo surge en aquellos que creen que la literatura, o alguna literatura, tiene ´algo´ que aportarle a sus vidas, algo que no encontrarán en otro tipo de textos como libros de autoayuda.

¿Qué consumes?

Dime niña si te nutres de chimentos
si tu alma se alimenta de diretes
de palabras tan fugaces como atroces
en tu día qué puebla tus pensamientos.

Dime, acaso, si consumes trascendidos
sí a tus ojos llegan trajes y vestidos
maquillajes de algún rostro conocido
o fonemas que sólo conforman ruido.

Dime niña lo que tus oídos escuchan
qué ideas, en tu cabeza, se luchan
y a cuáles les das más valor o poco
antes de que un día se te seque el coco.

Dime niña al despertar tu sensación
corazón, que ya no llama la atención
por qué acaso no alimentas tu interior
cuando el mundo que te aplasta, superior.

Dime entonces quién te dará de comer
si no observas siquiera el atardecer
si en la vida siempre hay para aprender
manantial de eternidad para beber.

Dime entonces cómo llegar a tocar
ese fuego que tu alma ha de abrazar
cuando te escondes en un caparazón
donde un golpe suena como un acordeón.

Dime niña por qué tu boca repite
lo que entra diariamente cual confite,
dime acaso si el sentir te hará pensar
que este canto también te va a alimentar

El psicólogo

Puede que te ayude
o puede que te hunda
puede que te aclare
o puede que confunda,
Él todo lo puede
y puede que tú nunca,
puede que no arranque
si pensar no funca,
puede que facture
unas cuantas lucas
y te dé soluciones
a neurosis de pelucas.
Puede que en sesiones
pagando consultas
crees obsesiones
o manías conjuntas,
puede que aleccione
con palabras sueltas
algunas funciones
que andan dando vueltas.
Puede el licenciado
atenderte sentado
si le relatas acostado
problemas olvidados
y dejar asentado
haberte escuchado.
Puede que tu mente
lo tenga presente
como un referente
como inteligente,
y observe atento
cada movimiento
que refleja lento
todo pensamiento.
Puede que se siente
y olvide diligente
todo lo que orquesta
tu frondosa testa
cuando de repente
tenga otro paciente.

Artesanía

El comienzo es un dibujo en la cornisa
Abre grietas un adorno en la repisa
simpatía que te obsequia una sonrisa
no se olvida como golpe en la paliza.

De repente un sonido llama la atención
otro golpe al borde de la percusión
y la música comienza ¡Qué emoción!
Por fin alguien te dedica una canción.

Y tu rostro queda pintado en un cuadro
el agujero se hace con un buen taladro
lo colgamos, te parece, sobre el viejo
no confundas con tu rostro en el espejo.

La película se filma con tu nombre
la dirige quien se dice es un buen hombre
no conoce ni tu risa ni tu llanto
la dama y tu semblante se asemejan tanto.

Talla el escultor tu hermosa figura
en madera como la de una sepultura
y te eleva al firmamento de los dioses
en el templo que se inspira con tus poses.

Obra de arte es casi toda tu vida
bella, caprichosa, expresiva, divertida
en el muro ya tenés la fotografía
falta que alguien te regale una poesía.


Fotografía: Jorge Guardia

Paciencia

Te encuentra la trasnoche
dando vueltas en la cabeza,
navegando sola en la pieza
despeinada y sin un broche.

Dicen que es ansiedad
o ansias de felicidad,
ojalá el placer te sacuda
si la vida te desnuda.

A veces te da por pensar
o se te da por divagar
qué ha pasado, que pasará
si el amor perecerá.

En otras quisieras tocar
un alma para volar
que se vaya todo mal
lo bueno que siga igual.

En tus manos hay pasión
si descubren su vocación,
el mundo sabrá entender
a qué deben su proceder.

Es que las ideas dan vueltas
rondan tu cabeza sueltas,
si las sigues te pueden llevar
a naufragar en otro mar.

Por eso detente un momento
paciente como el firmamento,
confía en esto y verás
persevera y triunfarás.