«Por breves momentos efímeros o fugaces instantes, recibimos como en una ráfaga de viento, un cachetazo a lo que creíamos cierto, palpable e incontrastable. Puede ser la palabra de un ser querido, una imagen cuasi imperceptible, un pensamiento entre medio de otros, una nota en una canción, un sueño, ese suspiro que debería resultar con el efecto de un gran alivio, misteriosamente, lo rechazamos como tortuoso, como una espina clavada en nuestra sien, como un arrebato de una joya muy preciada. Mi tío Silvio tenía una frase que lo sintetizaba; decía: haz pensar a un hombre y huirá despavorido. Él hablaba de la duda como regeneración de todo lo hasta ahí pensado, mecánicamente».
Extracto de Inconclusas, de Albert de Bom Passar