Uno pasó por una cervecería y se pidió una pinta con fritas. Cuando se quiso acordar iba por la décima.
Otro se quedó jugando a la play y se le pasó toda la noche. No se acordó.
El tercero tenía raptos de amnesia repentina.
El cuarto era nihilista.
El quinto, ateo.
Otro se tomó un colectivo y cuando se acordó estaba muy lejos como para volver.
Otro se engripó y cayó en cama.
El octavo era muy haragán y no le gustaba caminar.
El último estaba por volver cuando se acordó que lo esperaban para jugar al póker.