Leer a Borges hasta quedar perplejo
dormir, soñar, mover el esqueleto
atravesar el aura que imprime el espejo
elevarse por encima de un soneto.
Cruzo la frontera que surca los cielos
todo lo que cae no es de terciopelo
son atronadores llantos del desgarro
ayer un edificio, hoy nomás es barro.
Duke Ellington toda la vida y una noche
junto a vos, suena fabuloso en tu corazón
brindo por los rastros que deja el derroche.
Y todos los astros que también nos guían
serán la ventura que honren la razón.
Si no nos alcanza, quizás te lo fían.