¿Necesitamos las palabras? ¿O las palabras nos necesitan? En cualquier caso, con los años digitales todo se vuelve artificial, incluso según consigna en actas la Real Academia. Qué nos queda, se preguntan los humanistas más aventurados, y nos queda todo, incluso todo por hacer, todo por querer, si es que hay ánimos de brindar y/o de brindarnos.
Que este nuevo año calendario traiga lo que consideramos que nos falta, y que no falte salud y alegría.
Veintitrés, allá vamos.