Sin dudas, un blog ofrece numerosas posibilidades para la comunicación, y a su vez, es una responsabilidad. En un blog se puede hablar de un tema A, y apelando a la libertad de expresión se lo puede hacer partiendo desde A1 e ir llevándolo por diversas y complejas etapas hasta A9, o simplificarlo y pasar a un tema B como en una conversación que pasa rápidamente del clima del día al precio de los alimentos. Es importante notar que al tratar un tema C, no necesariamente debe decantar en un tema D, pero hay que evitar a toda costa caer en la tentación de ir a parar a un tema Z demasiado rápido, pues sería como saltar del balcón de una planta baja. Ridículo. Lo que sí es válido, es partir de un tema Y, pasar por N y llegar a B, que es más o menos como hablar de macroeconomía con metáforas gastronómicas dirigido al comensal de turno que nos observa en una estación de servicio.
Otro tema no menos importante a la hora de comunicarse a través de un blog, es tener presente a quién va dirigido. Esto se puede estipular de antemano, explicitándolo ( este texto va dirigido a mujeres de treinta a cuarenta años, que le guste el chocolate, etc. ), o se puede dejar abierto y que el visitante opte por sentirse tocado o no, lo cual puede resultar en azar. Los lectores, por norma general, son curiosos como turistas, y pasan a echar un vistazo y ver qué se pueden llevar. También, como puede verse en muchas ocasiones, se puede dejar en claro que lo expuesto va dirigido a uno mismo, en cuyo caso el visitante ocasional hará las veces de voyeur, si el instinto de curiosidad lo lleva a adentrarse en la lectura, a pesar de la advertencia.
Por otra parte, este ítem se puede dejar en blanco y dirigirse a cualquiera que opte por pasar por el blog o a todo el mundo, aún sabiendo que la figura semántica es ficticia, pero nos puede encauzar la comunicación desde el comienzo.
En el momento de leer, es curioso prestar atención al modo de lectura que se popularizó en los últimos tiempos desde la llegada de internet, Google, Wikipedia, las redes, etc. que consta de un ejercicio veloz acumulativo, donde raras veces ( y en contados lectores ) se pretende entender nada ( a excepción de lo obvio ), con la consecuente dificultad inherente a la comunicación mediante medios escritos. No obstante, hay sobre la faz terrestre lectores para todos los gustos, lo cual no se traduce en numerosos pero sí en alguien capaz de descifrar las ocurrencias ( o al menos en intención ) de quien abre un blog para comunicarse con otros.
Debido a que el blog, salvo para los seguidores diarios del mismo, es virtualmente anacrónico a la temática diaria, se pueden tratar temas que no sean vox pópuli o que la moda haya sacado las cuestiones fuera del foco de atención. Un texto en la web puede dormir años, y resucitar con un lector caído en batalla.
Otras de las posibilidades de un blog son: contar, narrar, traducir, aburrir, cansar, distraer, entretener, consumir tiempo de vida del lector, obsequiar pensamientos, divertir, conquistar amoríos, perder seguidores, ganar lectores, dar a conocer lo que uno hace, difundir conocimientos, regalar entendimientos, prestar vocabulario y demás, todo supeditado a la comprensión lectora del visitante en cuestión.
Por último, y para despedirnos, queda tener presente que un blog puede ser un refugio para el lector, un remanso o un lago donde se distiende de las tensiones cotidianas que ofrece la vida en sociedad, por lo que tener un blog es, no sólo un aporte a la cultura, sino una ofrenda a la comunidad. Para todo lo demás, existe Facebook.