Hoy, en un nuevo capítulo de Para qué sirve el face veremos para qué sirve el face.
El face sirve para reciclar juicios.
Se pueden reutilizar juicios viejos que refloten odios profundos por cuestiones de razas, géneros, condición socioeconómica o varieté cultural y darles nueva utilidad con sus variantes actuales. Esto también sirve para preparar alegatos.
El face sirve para cosechar opiniones y tener un amplio panorama de lo que se dice para así tener la posibilidad de decir algo a tono o contrario o neutro, según su gusto. La clave está en no perderse ninguna opinión, pues sería fatal.
El face sirve para conocer, pero no para conocer a otros ni siquiera para conocerte a ti mismo como decía la máxima, sino para conocer lugares como Beijing, La Quiaca o el Culo del Mundo.
El face sirve para largar todo lo que llevamos adentro y vomitarlo sobre la pantalla, como el esófago, los intestinos o el estómago, para que nuestros pares puedan degustar los restos.
El face sirve para compartir, cualquier cosa menos dinero y alimentos, lo cual en cierto sentido nos permite operar a una distancia prudencial ante situaciones de dolor y sufrimiento que podrían llegar a tocar nuestra sensibilidad.
El face sirve para mirar fotos que jamás se nos ocurriría pagar para ver y para pasar por alto aquellas otras que nos abrirían puertas a la realidad que todo lo contiene.
El face también sirve para aprender a cliquear y tomarle cariño a las pantallas y los emojis simpáticos, y para rechazar toda forma de comunicación verbal.
El face sirve también para no detenernos, para no tener que escuchar y para no irse a dormir ni despertar de la pesadilla.
El face también sirve para prescindir de recordar caras y nombres que, como hay que actualizar a diario, en la realidad es un poco más complejo y estos se llegan a confundir, máxime con las cirugías estéticas.
Y en tu opinión, ¿para qué sirve el face?
¡Hasta la próxima!