Se va otro domingo del calendario de los años, en el que logré posponer todo lo que me pospuse, predispuesto a soñar hacer en el sueño todo lo que no hice en la vigilia, como volar remontado en un barrilete, y seguramente cumpliré con el cometido porque la vida es de los que se atreven y felices y dulces, los sueños, aunque a veces vengan con Chuker.
Por lo pronto, escatimemos la relevancia de sus tramas, y quedémonos con la imagen final, que representa la alegría de un nuevo despertar y la danza de un corazón contento que no se cansa de bombear cada noche nuevos y narcóticos sueños o cómicas pesadillas.
Basta por hoy, bajame el telón, que aparezcan la luna, las estrellas, los planetas, las brujas con sus escobas, los barriletes nocturnos, las lámparas led, los que bailan por un sueño, los que viven por un sueldo, los chicos en las aulas, los maulas, los dichos de Tata y Mama, el día de la Tierra, el día que caiga agua, los pastos blancos, las heladas, los helados, los pelados, los preludios, la euforia sobre el colchón, el salchichón, que aparezcan la confianza en la bondad, el interés, la comprensión. Y que YouTube y Facebook se traguen las publicidades. En definitiva, los domingos tienen por costumbre irse por donde vinieron, y el de hoy es tan sólo el primero en anunciarlo este Agosto, pero queremos creer que los demás no se quedarán atrás en este camino rumbo a la infinitud. Nos queda lo vivido, nos quedan las sensaciones, lo que no queda es tiempo para seguir narrando todo lo que viene, lo que trae un nuevo día, cuando los sueños cobran dinamismo y el entusiasmo por encarar la vida, se hace vívido con un nuevo amanecer.
Pero en este juego de dados, sólo por hoy, tachame la doble.
