CRÓNICAS Y MENTIRAS




Con un caramelo de jenjibre comenzó la función diurna del teatro de lo cotidiano. ¿La inflación? Bien, gracias. Marcha a toda popa arrasando la población. Del otro lado del tablero se dirimen otras cuestiones en un caminito de pólvora, bañando de sangre la tierra que los vio crecer. Y a todo esto, hay quienes se relamen por las ganancias que son capaces de procurarse. Fin de la realidad con minúscula.

Pasemos a la acción, dijo un petricor. Este pequeño ave, del orden de las tricotas, tiene un canto peculiar con el que me despierta por las mañanas, generalmente cuando llueve. Puede pensarse que canta en dos tiempos cada compás y que me da la sensación de ser parte integral de la tierra mojada, como si el perfume emanara de mi ser. Fin del delirio místico.

Soñé que estaba en un cerro, recogiendo caracoles, y en un momento me topé con un caracol del tamaño de un oso panda que me empezó a correr a gran velocidad porque tenía en una bolsa a todos sus parientes menores. Corría y corría, pero el molusco corría cada vez más rápido y se me acercaba bastante. Mis piernas empezaron a flaquear, por lo que empecé a bajar por el cerro hasta el llano, pero aquél seguía mis pasos con sólo deslizarse. En un momento tropecé con una piedra y caí al suelo. Todos los caracoles que llevaba cayeron alrededor, algunos se rompieron, otros comenzaron a desplazarse. Y cuando me dí vuelta tenía al caracol gigante de frente a punto de engullirme en sus fauces. Fin del sueño lúcido.

Compré un libro por 75 centavos. Es un precio ridículo, teniendo en cuenta que un chupetín cuesta 70 pesos y un kilo de tomates 950 pesos. Pero el título era muy sugestivo: GANE LA LOTERÍA SIN JUGAR. Me lo leí en una tarde y resultó muy entretenido. El tipo habla de cómo sentirse millonario siendo un pobretón, de cómo ser un aristócrata con 75 centavos en el bolsillo. Puedo decir sin culpa que me gustó. Al otro día, no conforme del todo ( nunca me doy por satisfecho ), me fui a jugarle a la lotería y por la noche me gané 7 mil pesos, con los cuales pagué el asado que pudimos disfrutar en familia. Con el libro comenzamos el fuego, y hubo que usar unas cuantas hojas porque había ramas muy verdes. Fin de la mentirilla crónica.

Las noticias dan cuenta de un robo de película. La persecución de los dos malvivientes fue transmitida en directo por el canal local. Se los vio corriendo, metiéndose en callejones, saltando tapiales, trepando techos, con los policías detrás, al costado, en derredor, algunos muy gordos como para alcanzarlos. Los camarógrafos, con mucho entrenamiento, captaron la secuencia con un gran profesionalismo. Finalmente, los capturaron ( y ahora esperan su juicio oral ) cuando entraron a un bar sin salida de emergencia y el accionar policial pudo recuperar el VHS de Cinema Paradiso, propiedad de un coleccionista. Fin de la noticia en tiempo real.

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