Ángel caído

Un ángel cayó de un techo y se quebró el tobillo. Lo subieron en camilla a la ambulancia y lo llevaron al hospital. Un demonio le hizo los vendajes del yeso, y estuvo treinta días clamando a Dios, orando disculpas, peregrinando en muletas, buscando un par de alas que el mundo le mutiló.

Cuando por fin se curó, se fue en busca de almas en pena a las que acompañar, pero en seguida supo que nadie creía en ángeles que andaban a pie. Lloró amargamente.

Al tiempo que se recomponía de la desintegración, hizo un curso de peluquería y hoy se gana el pan cortando barbas satánicas y tiñendo de rubio a las damiselas angelicales.

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