Gastón

La tarde venía a los tirones para Gastón Sasunn en el ajetreo del teletrabajo, durante el cual se le había volcado el café, se le había bloqueado el celular y se le había pasado el arroz. Y todavía le quedaba por terminar la nota policial.

Pensó en dejar el trago para después de finalizado el trabajo. La cabeza no le respondía como pretendía, pero el tiempo le pisaba los talones. A contrarreloj, le dio los últimos toques a la nota policial con verbos en potencial que lo ponían a resguardo de cualquier litigio judicial: «habría sido asesinado», «el autor habría confesado», «los hechos habrían ocurrido», etcétera. Envíó la nota sólo a 3 minutos del cierre.

Se sacó el pijama y se vistió para salir a la vida, yéndose para el bar Olympus. Se sentó en la barra, pidió un Hemingway y se quedó bebiendo.

-En todas las películas francesas le dan al chupi que se cagan. -se explayó Gastón Sasunn con el cantinero.

Una mujer, de facciones delicadas, colorada, de ojos negos y muy grandes, y una silueta grácil de curvas prominentes se sentó a su lado.
-Hoy es mi noche de suerte. -le dijo Gastón Sasunn al cantinero- Lo que ella pida, yo invito.
-Gracias…¿Eres?
-Gastón Sassun. ¿Y tú?
-Karolin. ¿A qué te dedicas?
-Trabajo para un diario.
-Qué curioso. La gente que lee me parece sumamente interesante. En cambio… la que escribe me da razones para desconfiar.
-Pienso lo mismo.

Karolin rió roncamente. Bebieron y conversaron alegremente y la cosa no se trasladó a otras cosas más allá del bar Olympus, algunos tragos y temas de charla distendidos sin vínculo emotivo. Karolin le agradeció los tragos y se despidió.

-Hoy no es mi noche. -le dijo Gastón Sasunn al cantinero.

Un hombre de traje negro y corbata azul se le acercó y le mostró una credencial que lo identificaba como detective.
-¿Gastón Sasunn?
-Efectivamente.
-Acompáñeme por favor. Tengo que hacerle unas preguntas.
-¿De qué se trata?
-Ya se va a enterar.

El cantinero los vio retirarse. Con resignación, sonrió cómplice. Meneó la cabeza y pulió una copa con un paño.
-El viejo truco del detective. -dijo como para sus adentros- Tiene más años que el culo.

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